Nací en el municipio de Moroleón, Guanajuato. Tierra textilera en la que a diario sus habitantes se esmeran por salir adelante.

Desde esta pequeña región he construido mi trinchera literaria. Al cumplir con mi jornada laboral dedico el poco tiempo que me sobra a algunas actividades, una de ellas es la lectura y escritura de poesía.

Para mí, escribir o leer un poema es descubrir todo aquello que aqueja y ha maravillado al ser humano desde tiempos memorables, es regresar al origen.

Me parece fantástico formar parte de una tradición milenaria, en donde los herederos no se dan por consanguinidad sino por todo aquel que mantenga un diálogo con su voz interior y con el fabuloso y caótico exterior, de modo que la esencia de cada persona y la influencia sociocultural son un excelente caldo de cultivo para generar versos.